Con el sudor de tu frente

Bueno... tras una árdua investigación sin precedentes en el mundo de la informática, he logrado aprender a subir fotos.

Hace ya 16 años que participé en el primer taller con Cristina García Rodero. De aquella tenía 18 añitos recién cumplidos y llevaba desde los 16 apasionado por la fotografía por culpa de un profesor de mi instituto. Lamentablemente, lo sé ahora, con perspectiva, no supe sacarle todo el partido que debía a aquella experiencia (era un simple pipiolo). Recuerdo que lo que más me impactó fue su energía y la tenacidad e insistencia con las que trataba los temas.

De aquel taller salí con la idea de buscar mi propio tema y trabajar sobre él con la misma energía que lo hacía ella (no calculé que a los 18 hay demasiada energía y que lo último que te apetece es dedicarla a sacar fotos). El título provisional de aquella idea fue Con el sudor de tu frente. Luego llegó la universidad, la carrera, los años de especialización, el trabajo, etc. y todo quedó bastante arrinconado en una esquina.

Los tiempos cambian y hace poco retomé mi pasión por este medio. Nunca he dejado de asistir a todos aquellos talleres que he podido (es curioso, hace poco enseñaba mi curriculum fotográfico a un amigo y me daba cuenta de que tengo una formación "digna", pero apenas he tenido tiempo de fotografiar). Por cuestiones personales he vuelto a retomar aquellas ideas de hace más de tres lustros.

Es en este contexto donde comencé a revisar los más de 300 negativos de mi etapa juvenil e intenté definir por escrito aquel proyecto que, "a la que te jodan", había comenzado de aquella. Con el sudor de tu frente se centra en aquellas personas que han de luchar día a día contra los elementos para poder ganarse el pan de cada día. Lo he dividido en tres capítulos: agua, fuego y tierra.

Hace un par de meses marché a Galicia con el "run run" en la cabeza de buscar mariscadores, lograr algún contacto con ellos, abrir una vía por la que comenzar a trabajar. Lamentablemente, por cuestiones de trabajo, tuve que volverme al cuarto día sin poder haber llegado hasta las costas de Aveiro (Portugal), donde quería visitar otros temas.

Sin embargo el trabajo no fue infructuoso. Había localizado a una cuadrilla de mariscadoras que me invitaron a poder ir con ellas "a la almeja", y el marido de una de ellas, patrón de barco, me invitó a pasar una jornada de 8 horas con ellos en un barco de bajura. Les tomé la palabra, apunto todos los teléfonos y me volví a casa (me esperaban al día siguiente en el curro). El último día me dieron el teléfono de Felipe, vigilante de la Cofradía de Corme (A Coruña), y me dijeron que le llamara, que él me pondría en contacto con los famosos percebeiros. Así lo hice, y hace unos días me preparé la maleta y fui a pasar tres días con una cuadrilla de percebeiros en el corazón de la Costa da Morte.



En el blog estoy preparando una entrada más "poética" sobre el tema. Aquí os dejo alguna foto para el debate.



Alberto.

Me parece impresionante, no tengo nada q decir salvo, lo impresionante de las imágenes... Ese contraste de azules, esa mirada perdida entre las olas, esa nitidez, ese sentimiento de peligro constante...